El Arcoíris Waldorf es uno de los juguetes más buscados últimamente pero… ¿Por qué?
Este arcoíris es uno de los juguetes más completos por las opciones sensoriales y de juego que ofrece.
Por un lado, está fabricado en madera y lo podemos encontrar en diferentes tonos de color: madera natural, colores vivos, colores pastel… De este modo ofrecemos a los niños diferentes sensaciones táctiles y visuales.
Por otro lado, ofrece múltiples alternativas de juego que permiten al niño desarrollar sus habilidades cognitivas y motoras así como su creatividad e imaginación. Con el arcoíris los niños pueden realizar diversos tipos de construcciones, tirarlas y volverlas a construir, montar circuitos o túneles y jugar combinándolos con pelotas, coches, muñecos, etc.
También se trabajan los conceptos de color, forma, equilibrio y simetría y, dependiendo de la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño, favorece el juego simbólico. En definitiva, es un juguete ideal para el juego libre.
¿A que edad puedo ofrecer el arcoíris a mi hijo?
Otra cuestión que os podéis preguntar es la edad en la que los peques pueden comenzar a utilizar el arcoíris.
Pues bien, dadas sus múltiples alternativas de juego, lo pueden utilizar desde bien pequeños, puesto que el propio niño irá adaptando el tipo de juego que realice con el arcoíris a su etapa evolutiva y sus necesidades. Por lo que podrán empezar a explorar y experimentar con sus piezas desde bebés e ir cambiando el tipo de juego según vaya creciendo.
Podemos elegir entre diferentes tamaños
Si esta breve explicación ya te ha convencido para comprárselo a tu peque o regalárselo a alguien cercano, quizá ahora te surja otra duda: ¿Qué tamaño elijo?
- Arcoíris gigante: mide 96 x 55 cm y tiene 5 piezas.
- Arcoíris grande: mide 38 x 18 cm y está compuesto por 12 piezas.
- Arcoíris mediano: mide 19 x 9 cm y tiene 6 piezas.
- Arcoiris pequeño: mide 9 x 6 cm y también es de 6 piezas.
- Arcoíris doble: mide 23 x 27 cm y contiene un total de 12 piezas, 2 de cada tamaño, que vienen encajadas en un eje.
En definitiva, a la hora de elegir el arcoíris adecuado debes tener en cuenta el tamaño que tienes disponible (cuando juegan ocupa bastante más espacio que cuando está montado) y el color que más atraiga al pequeño.
Si ya sabes cual quieres… ¡solo te falta ver disfrutar a tu peque! Además, mientras no juegue, puede ser un bonito elemento decorativo en su habitación.
